• Blanqueamiento dental. Gracias a este tratamiento conseguirás unos dientes más blancos, ya que reducimos su color varios tonos. Además, obtenemos resultados rápidos sin dañar el esmalte. ¡No podrás parar de sonreír!
• Limpieza dental. Eliminamos el sarro que se ha ido acumulando y, así, evitamos que se produzcan lesiones como gingivitis o piorrea, las cuales son nefastas para tu salud en general. Lo recomendable es que te hagas una al año.
• Empastes. Mediante este procedimiento, limpiamos la cavidad creada por las caries con el fin de conservar la mayor parte del diente sin que pierda su funcionalidad.
• Endodoncia. Esta técnica consiste en "matar" el nervio del diente dañado y sellar el conducto para conservar la pieza dental sin necesidad de extraerla.
• Extracciones. Cuando no es posible curar el diente, no nos queda más remedio que proceder su la extracción. Puede sonar aterrador, pero es mucho mejor que dejar alguna enfermedad dentro de tu boca. 
• Prótesis. En ocasiones, tras una extracción, podemos darte la posibilidad de colocar una prótesis. Con ella ayudamos a restaurar la anatomía de las piezas dentales para que tu boca recupere sus funciones de masticación. 

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